January 12, 2023

Compras impulsivas ¿Cómo enfrentarlas?

¿A quién no le ha pasado? Vas al supermercado y sin darte cuenta, en la compra de 1 semana te gastaste el presupuesto del mes. Llevar la lista y ¿para qué? Si el jamón estaba en oferta, la leche estaba 4x3, las verduras con un 30% de descuento, así que ¡aprovechemos! Total, es un ahorro a la larga. Y después de dar tantas vueltas, un regalito… porque yo lo valgo. Algo chiquitito, una lata de bebida, un chocolatito, o ya… bueno ya… la barra entera de chocolate más una bolsa de papas fritas.

Puede que no te ocurra con el supermercado, pero sí yendo a comprar un regalo, o en el cine (¿y si compramos cabritas?) y carreteando con  amig@s en un pub (”Una no es ninguna… así que me tomo 2”). Muchas veces uno lo ve como un “filo, si no es caro”, pero te has preguntado: ¿de verdad lo necesitas/quieres? ¿O sólo buscas la satisfacción que genera el adquirir y comprar?

Bueno, acá hay 2 tipos de compras mezcladas, porque sí… tienden a mezclarse si uno no sabe la diferencia: compras planificadas vs compras impulsivas.

Las compras planificadas son aquellas que pensamos previamente y, por ende, van dentro de nuestro presupuesto mensual. Por ejemplo, la compra de supermercado, ir al cine porque salió la última película de Marvel, las vacaciones, entre otros. Son compras que hacemos porque cubren una necesidad o gusto, pero las realizamos con “fondos” (plata) que tenemos destinada a ese fin. O sea, tengo X cantidad de mi sueldo destinado a estos gastos (Presupuesto de supermercado, ahorro para vacaciones, un monto de mesada para mis gustos, etc.)

La compra impulsiva es esa que viene en el minuto. Hay una vocecilla interna que nos dice “uy! mira!” y nosotros… miramos. Y nos tentamos.

¿¡Qué hacer!? Hay veces que se logra y resistimos la tentación. Pero otras veces… ups. Aparecen ideas como “lo pago en X cómodas cuotas, y lo descuento de mi item ‘mesada’.” Ya… y, ¿qué pasará los siguientes meses, en que estés pagando las cuotas de esos zapatos nuevos hermosos que no necesitabas? O ese celular último modelo, porque es el nuevo, es más cool y lindo que el que que ya tienes en perfectas condiciones. Estas son las compras impulsivas: no son planificadas, son del minuto y muchas veces recurres a fondos que no estaban destinados a este gasto. Resultado: llega el día 20 del mes y ya no tienes con qué pagar cosas, necesitas ir al supermercado (porque quedan 10 días para recibir el nuevo sueldo) y no tienes con qué pagarlo. O te salió un carrete, y no puedes ir, porque no te da para pagar la piscola. O te endeudas para hacerlo.

Para evitar las compras impulsivas, los expertos dan miles de teorías, unas desde la psicología, otras desde la economía. Nosotr@s hablaremos desde la práctica, un mix entre ambas, pero con tips que ya hemos aplicado.

  1. No tener la tarjeta de crédito en la billetera. Es tentador cuando te ofrecen cuotas sin interés. Y seamos realistas, ninguna “emergencia de compra” justifica tener la tarjeta a mano.
  2. Si estás en un evento social (pub, cine, feria, etc), piensa antes de salir: ¿Cuánto dinero efectivamente puedo gastar? ¿Estoy empezando o terminando el mes?
  3. Eso te dará la tranquilidad desde antes de saber a qué atenerte y tomar mejores decisiones para optimizar tus lucas (me pido una promo y unas papitas para picar y compartir, en vez de un copete producido y un plato para mí sol@).
  4. Si es un producto, sácale una foto, anota el monto y ándate. Sé fuerte. No mires hacia atrás. Es en serio. Si luego de 3 días sigues pensando en eso, revisa tus fondos y ve si puedes adquirirlo. ¿No puedes este mes? No importa, aplica el concepto de las cuotas pero al revés: ahorra mes a mes el monto, y cuando lo tengas ya completo, vas y te lo compras. (Bueno ya… no esperes 3 días… pero parte por esperar 10 minutos. Pon de tu parte. Huye).

La compra impulsiva obedece a miles de factores. No es sólo un “estaba triste y necesitaba subirme el ánimo”. A veces es por “aprovechar la ocasión”, y comprar más por menos, pero esto no le quita lo impulsivo. Piensa: ¿tienes donde guardar los 16 rollos de papel higiénico que estás comprando por aprovechar la promo 24x6? O ese set para comer pizza, con cortador y platos triangulares hermosos, por que claro, la pizza es triangular y no puede ir en platos redondos… Pero ¿comes pizza lo suficientemente seguido como para justificar usar espacio de tu casa en guardarlos? Y lavarlos…

Impulsivo no sólo implica gasto de dinero, sino que también tiene que ver con el uso que le darás a lo que estás comprando. Por eso lo que a mí me ha resultado al sentir la tentación, es pensarlo e irme, cosa de poder darle -al menos- una vuelta más.

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